Si amarte tan solo
fuera delito,
hoy me declararía
culpable.
Culpable por tu
rostro y tus labios; por tus ojos y tus frías piernas.
Si amarte con locura diera la muerte
¡que me
lleven ya frente al pelotón!
Porque vivir sin tu amor es una tortura.
Por ti, solo por ti
soy culpable,
porque todo esto es un delito,
un delito dulce y enternecedor que me quema
muy a dentro de mi alma.
El propio Cervero es
testigo del caso,
porque hasta él en el inframundo ha oído mis
versos a ti.
Si amarte fuese un
delito la pena perfecta sería que me aten a tu sombra para besar tus cabellos
por toda la mezquina eternidad.
Pero amarte no es un
delito, ni lo será jamás,
porque los hombres
no odian el sentir,
ya que ellos también
han llorado como hoy lo hago por ti.
No es su estilo de escritura.
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