domingo, 29 de mayo de 2016

1999


Me hastía la rutina,
el semáforo en rojo,
el estrés y esas cosas del siglo que se aproxima.

No me gustan las compras,
ni los viajes y mucho menos las escalas,
me aburre el sinsabor de la vida hoy en día.

Odio caminar hasta el trabajo,
cumplir horarios o tener que sonreír a diario,
me apura el insomnio que azota mi pobre mente.

Me jactan los informes,
los telediarios depresivos en caza de más desolación en las almas,
la revistas radiales con charlatanes risueños.

Me indignan las preguntas sin respuestas,
las canciones sin sentidos,
los bulevares vacíos que de a poco pierden su magia.

Puede que gran parte de mis días sea lo que soy,
me hastíe, me disguste, odie, me jacte o me indigne,
pero siempre miro el camino para llegar a casa y ver tu luminosa presencia.



2 comentarios:

  1. Un poema que deja al descubierto el lado real de las cosas, de la monotonía en una vida llena de detalles. Me gusta tu forma de enfocar las cosas. Seguiré leyéndote. Felicidades.

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