paseo mi mente con una guitarra y un canto ahogado, canto compuesto en tu ausencia. Estoy buscando una palabra para gritarla con la leve esperanza de que la escuches y quizás la guardes como yo guardo tu presencia en mi cuarto. ¿Qué sería de mi poesía sin ti como musa? ¿Qué fuera de La Habana con tu ausencia? ¿Qué fuese del juglar sin tu canto? De La Habana para ti esta canción desesperada, estos decadentes versos de un cadáver poético. Simplemente ruego que de acá llegue allá, no por mí sino por ti. Despeño el olvido para hallarte en el recuerdo, que bien crudo es conmigo, el que se atrevió a amar, sin medida, sin hora y sin lugar, simplemente a amar. En silencio pienso en ti, tomo un café y leo un poco a Asunción Silva, qué triste es amar siendo tan lejano cuando he estando tan cerca. Canto en silencio para ya apaciguar mi alma, esa misma que hoy te extraña y de la misma manera reprocha mi actitud. Ahora solo le grito a la oscuridad a ver si te lleva estos versos que parecen perdidos.
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