Monologo de dos en la cantina (Omar Velasco con Sérdna Gómez)

Vaga mi mente va en el alcohol del recuerdo,
quizá en esta efímera eternidad mi mente aleja cada distracción superflua.
Mi mente viaja en el rostro de mi madre o en el de aquella de la esquina, pero al final no hay mucho en aquello,
dos entes hablan a mí, uno una bestia que me incita a seguir alcoholizándome y olvidar todo recuerdo trascendental, otro, quiere que vuelva a mi aburrida cotidianidad;
Soy todo con una cerveza en mi mano, por eso prefiero esta realidad que todas las máscaras cromáticas que tiene mi alma,
sin embargo la otra malnacida voz sigue sin callar, amo estar ebrio, pero ese desgraciado daña mi maldito momento, parecido a cuando intento dormir y mis pensamientos suicidas evitan mi entrega a Morfeo.
Como Mr. Hyde soy dos, aunque quisiera matar al muy intrépido y sobrio yo, que siempre tan elgantón me recuerda aquellas bellas cagadas que no hace más sumirme en algunas polas a diario,
pero al final soy un puto cobarde que, aún, teniendo el cuchillo en la mano, soy incapaz de ejecutar a ese bastardo que tanta muerte merece,
Quizá después de todos le veo los ojos de compañero de chelas, así que guardo mis instintos de Vincent Vega y prefiero seguir insistiendo en diálogos inútiles con negras de por medio.
¡Que brutalidad! suena wind of changes, no soy muy fanático de scorpions, pero carajo, amo esa canción para embriagarme, cantaré y olvidaré mis penas, a la final, mis problemas y mis alegrías son tan banales como mi puta existencia .
Y así, después de tanto creo que olvidaré por un rato más, hasta que mi conciencia me lleve a caer de nuevo en la dulce desdicha de hundirme entre las tantas cervezas y las tantas canciones que acompañan mi melancolía, que después de todo el culpable simplemente soy yo.