te darás cuenta que no fui más que una ilusión de una galaxia,
el fuego de un te quiero y la noche de unos amantes.
Y si llegas el día de mi muerte
no seré más que la fiel verdad.
No hay estaciones y la luna no es de queso.
Y si llegas el día de mi muerte
quizá no sea más que la cenizas de un día pasado.
Pasado entre bulevares y risas robadas.
Y si llegas el día de mi muerte
no olvides las lilas blancas
y los claveles azules; esos que me encantan.
Ojalá que llegues el día de mi muerte
para que así no veas más que letras azules
y los días negros de un poeta sin voz.
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